miércoles, 30 de marzo de 2011

Libros recomendados: "Manual de zonceras argentinas", de Arturo Jauretche.

"El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos no vencen. Por eso venimos a combatir por el país alegremente. Nada grande se puede hacer con la tristeza."




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http://www.cprodolfowalsh.com.ar/BIBLIOTECA%20DIGITAL/Manual%20de%20Zonceras%20Argentinas%20-%20Arturo%20Jauretche.pdf

A cien años del nacimiento de Arturo Jauretche, por Norberto Galasso (2001)


Arturo Martín Jauretche nació en Lincoln, Provincia de Buenos Aires, el 13 de noviembre de 1901 (se ha cumplido recientemente el centésimo aniversario) y falleció en Buenos Aires, el 25 de mayo (de puro patriota) de l974. Su vida fue un permanente aprendizaje, una intensa búsqueda de verdades, un continuo cuestionamiento de las fábulas y prestigios instalados, en la sociedad argentina, por la clase dominante. Ejercitó, sin vacilar, "las armas de la crítica", aunque, cuando llegado el caso, también supo empuñar "la crítica de las armas".En ese periplo de incesante lucha pasó desde una juventud conservadora en su pueblo natal a una posición revolucionaria antiimperialista en sus altos años. O como él acostumbraba a señalar: "Al revés de tantos políticos, yo subí al caballo por la derecha y termino bajándolo por la izquierda".

Largamente podría hablarse de esa incesante pelea de Don Arturo para mejorar, como él señalaba, "el destino de los paisanos". Podría recordarse su militancia irigoyenista participando en las insurrecciones del treinta contra el gobierno fraudulento de Justo, la fundación de FORJA en 1935, la década de plena militancia antiimperialista con la bandera de "Somos una Argentina colonial. Queremos ser una Argentina libre", hasta la disolución del forjismo en 1945 y otra vez en la pelea, a partir de 1955, polemizando, refutando, en diaritos clandestinos, siempre marginado de los medios, pero siempre en franca oposición al sistema semicolonial, hasta sus últimos días.

Sin embargo, quizás sea preferible reseñar la labor desarrollada por Jauretche como uno de los principales críticos del pensamiento dominante.

Desde esta óptica, la Historia enseña que los grandes cambios políticos y sociales son precedidos por una vigorosa crítica ideológica al viejo orden que sucumbe. No hay Revolución Francesa sin la previa labor de los enciclopedistas, ni Revolución Rusa sin la destrucción de los mitos del zarismo por el pensamiento marxista.

En la historia argentina, ese rol no lo jugó la izquierda tradicional- como podría haberse supuesto- sino unos pocos heroicos francotiradores de la pequeña burguesía antiimperialista, entre los cuales, precisamente, estuvo Arturo Jauretche.

En los años treinta, cuando era preciso desnudar nuestro vasallaje respecto al Imperio Británico, él fue el gran divulgador- a través de consignas, afiches, "cuadernos" y actos callejeros- del pensamiento crítico de Raúl Scalabrini Ortiz, a quien juzgó su maestro porque lo condujo del antiimperialismo abstracto (antiyanqui, por entonces) al antiimperialismo concreto, al explicar el funcionamiento de la expoliación británica. Esas nuevas ideas prendieron en los sectores populares y en un ala del Ejército(el G.O.U. recomendaba leer "Historia de los ferrocarriles argentinos", de Scalabrini). Y vino el 17 de octubre de 1945.

Dos décadas después, cuando el pueblo se agitaba buscando un camino, fue necesario destruir las fábulas del sistema, realizar la demolición del pensamiento dominante. Jauretche cumplió, entonces, un papel aún más importante. Por supuesto, no fue solamente él - cabría recordar, entre otros, a un hombre de la talla intelectual de Juan José Hernández Arregui- pero fue el más polémico, el más tozudo, el más combativo de los intelectuales del campo nacional. Los sectores medios que tendían a confluir en la lucha con los trabajadores-ante la desesperación de la oligarquía- encontraron en sus libros y artículos, los instrumentos para su reorientación.

Con mayor dedicación y mayor vigor que nunca, embistió, en esa época, contra las ideas consagradas. Su "Política nacional y revisionismo histórico" golpeó duramente al mitrismo imperante. Asimismo, desnudó las falsedades de la teoría económica oficial con "El Plan Prebisch y el retorno al coloniaje" y sus artículos publicados en 1962 en "Democracia", que luego conformarían su póstumo "Política y Economía". También se adentró en los campos de la geopolítica en "Ejército y política". Con la misma enjundia, quebró mitos en el campo de la cultura con sus análisis sobre Borges, Sarmiento, Martínez Estrada, Beatriz Guido, Victoria Ocampo y tantos otros . En 1966, con "El medio pelo en la sociedad argentina" ofreció, además, una "sociología con estaño", más veraz que la aportada por los sociólogos del sistema. A su vez, con el agregado de "La Yapa"- a la reedición de "Los Profetas del odio"- avanzó en un implacable análisis del sistema de la enseñanza, en sus diversos niveles, como así también del mundo de las academias y los prestigios oficiales. Estas críticas al pensamiento de la clase dominante- convertido por la escuela y "los medios" en "el sentido común" que aquella impone al resto de la sociedad, instalando sus "verdades"- reaparecen, luego, en sus polémicas y se coronan, sistematizadas, en su "Manual de Zonceras Argentinas". Esta obra fue uno de los instrumentos principales de la nacionalización de los sectores medios, fenómeno que jugó un rol importantísimo en las luchas políticas de fines de los sesenta y principios de los setenta. Finalmente, quiso relatarnos su propia experiencia que lo llevó de "gil" consumidor de las mentiras oficiales a "gil avivado" que le revelaba a sus compatriotas el revés de la trama.

Así, empezó a contar - no "sus memorias", porque no se consideraba importante para ello- sino "de memoria" cuáles habían sido sus experiencias en algo más de siete décadas . Pero, aunque la muerte dejó trunco este último relato, ya había logrado su objetivo: enseñarnos a pensar, a "pensar en nacional", como él insistía, para contraponerlo a "pensar en colonial", que era el modo imperante en la semicolonia.

Quizás el lector pretenda unas pocas líneas que resuman la personalidad de este "argentino entero", como lo calificó Atahualpa Yupanqui. Podríamos intentarlo pero como ya existe una semblanza nutrida de verdad y afecto, dejemos que sea Ernesto Sábato quien , más allá de algunas diferencias, complete este homenaje tan merecido: "Como aquellos oficiales egipcios que en "César y Cleopatra" se quejaban de los victoriosos chacareros romanos, el general von Kleist declaró, en 1942, que los rusos no habían sido aniquilados porque esos improvisados mariscales soviéticos ignoraban el arte militar". Más de una vez he oído a profesores de sociología, refiriéndose admonitoriamente a Jauretche: "Es un montonero de las ciencias sociales... lo que explica sus irregularidades, pero también sus aciertos, su capacidad de improvisación, su salida por donde menos se espera". El hombre formado en la Academia fija su posición con brújula y sextante; él, como los baqueanos de otros tiempos, se agacha, mastica un pastito, observa para dónde sopla el viento, discrimina la huella de un animal que pasó por allí, una semana atrás.

Hace no sé cuantos años bajó a la Capital y del fogón pasó a la mesita de mármol en que Homero Manzi soñaba sus elegías porteñas. Y así como Enrique Santos Discépolo elaboró en esa misma mesa su existencialismo, Jauretche fue construyendo su filosofía de la historia entre dichos y sucedidos, conservando la ironía socarrona del paisano pero ya con el andar medio de costado del compadre porteño (vaya a saber si con un cuchillito en la cintura) mezclando palabras como establishment y apero, Marx y Viejo Vizcacha, haciendo la sociología de Juan Moreira y el Gallego Julio. Si agregamos su coraje a prueba de balas, su desaforado amor por esta tierra y su pueblo, su poner la dignidad de la patria por encima de cualquier cosa, ¡qué lindo ejemplar de argentino viejo, este Arturo! En ocasiones he discrepado con sus ideas. Pero esas pavadas no hicieron nunca a la amistad y a la común pasión por este rincón del mundo. Y una de las pocas cosas que me tranquilizan en este tiempo entreverado, es saber que, palabras, más, palabras menos, él y yo estamos del mismo lado del asunto.



Norberto Galasso, noviembre 2001

lunes, 28 de marzo de 2011

Libros recomendados: "El Eternauta", de Hector Oesterheld

"Son las tres de la madrugada. En Vicente López, Provincia de Buenos Aires, trabaja Germán, un guionista de historietas. La silla enfrente de él cruje, como si alguien se sentara. Lentamente, un hombre va materializándose, ante el estupor de Germán. Corre el año 1957. Dice ser El Eternauta, según lo llamó un filósofo de fines del siglo XXI para explicar su condición de viajero del tiempo. Comienza a contarle a Germán su historia, la invasión extraterrestre, la muerte, la resistencia, algo que ocurriría dentro de pocos años, la historia de El Eternauta… Con guión de Héctor Germán Oesterheld y dibujo de Francisco Solano López, El Eternauta empieza a publicarse el 4 de septiembre de 1957 en la revista Hora Cero Semanal, de Editorial Frontera. Se presentaba en tres páginas semanales, a tres tiras por página, que el público siguió a lo largo de unas de cien semanas, concluyendo en el Nº 106 de 1959, por lo que su lectura era muy diferente a la experimentada por generaciones posteriores, que accedieron a la historia en las compilaciones en libro. En cada entrega la historia era dosificada para arribar al último cuadro creando suspenso, dejando al lector a la espera del próximo número. Rápidamente se convierte en un éxito de público. "
Link: http://americalatinaunida.wordpress.com/2008/11/30/el-eternauta-parte-i-ii-y-iii/

Libros recomendados: "Peronismo, filosofía Argentina de una obstinación política", de José Pablo Feinmann


"El peronismo atraviesa la historia argentina desde la mitad del siglo XX y todavía nadie puede definirlo de manera única. José Pablo Feinmann militó el peronismo de izquierda de la Facultad de Filosofía y Letras en los años 60 y siguió acompañando ese movimiento hasta que, muerto Perón este viró hacia la derecha represiva de la Triple A. Desde entonces, ha sido testigo privilegiado de los diferentes momentos y las diversas caras de este fenómeno único, tan idolatrado por unos como demonizado por otros. Qué es el peronismo? Pareciera que no tiene definición posible o certera porque siempre muestra una arista más y vuelve a escurrirse. En esta obra ambiciosa, desmesurada, consigue por fin mostrar en toda su complejidad y dramatismo los grandes momentos que cambiarían la historia argentina. Feinmann es el único que podía escribirlo con tanta lucidez y legitimidad. Este es un libro apasionado y estremecedor. También escalofriante e hipercrítico. Sin rehuir la política o la controversia, echa luz sobre una historia tan oscura como vital, tan fascinante como trágica: hace pie en la feroz proscripción del peronismo y finalmente desenmascara a Perón por su participación en hechos aberrantes. Pero no sólo es crítico con Perón. Todas las máscaras caen. La Argentina queda a flor de piel, sin excusas. También cae la máscara del autor, quien insiste en afirmar una verdad de la microfísica: el experimentador forma parte del sistema experimental. Vibrante y desgarrada, es la máxima obra de José Pablo Feinmann hasta el presente. Acaso, el tiempo lo dirá, debamos dedicarle un lugar en nuestras bibliotecas en el que -también hasta hoy- sólo a un libro habíamos reservado"

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NUNCA MÁS, NUNCA MENOS!

martes, 15 de marzo de 2011

Cristina en Comodoro: La Cámpora y su mística presentes

La primera vez que nos juntamos las Cámporas de Chubut y Santa Cruz. Sacándole el lustre al término colectivo nos fundimos en una sola columna para marchar desde la plaza de Comodoro Rivadavia hacia el acto presidido por la Compañera Presidenta.